¿Cómo podemos ayudar a evitar la deserción escolar?

En 2020 se estimó que un millón de estudiantes quedaron fuera del sistema educativo. Desde Cimientos, una organización civil que acompaña a jóvenes en situación de vulnerabilidad para favorecer su permanencia y egreso de la secundaria, nos explican que podemos hacer en el ámbito familar, empresarial, escolar e individual para ayudar a evitar la deserción escolar.

 

En la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica que el Ministerio de Educación hizo en junio de 2020 se detectaron 1,1 millones de chicos que se habían desvinculado de sus escuelas. El 10% del total si se considera a los 11 millones de alumnos que componen la matrícula de los niveles inicial, primario, secundario.

La respuesta del Estado fue crear el programa nacional Acompañar: Puentes de Igualdad, que tiene como objetivo prioritario revincular a los y las estudiantes con la escuela. El programa fue una propuesta del Ministerio de Educación de Nación que avalaron los 24 ministros en el Consejo Federal de Educación (resolución 369), en agosto del 2020.

Según las últimas cifras oficiales, a marzo de 2021 se habían revinculado 376.532 alumnos. Es decir, aproximadamente un tercio del total.

Sin embargo, todos podemos ayudar para evitar la deserción escolar, tanto las familias, como los empresarios y hasta los individuos a título personal. Desde Cimientos, una organización civil que acompaña a jóvenes en situación de vulnerabilidad para favorecer su permanencia y egreso de la secundaria, dieron algunas recomendaciones para evitar que más estudiantes queden fuera del sistema educativo.

 

¿Qué pueden hacer las familias y las empresas?

Desde las familias es fundamental el involucramiento de los adultos responsables de esos/as estudiantes en riesgo de deserción escolar. Desde Cimientos sostienen que muchas veces “Las familias sienten que no son capaces de apoyarlos académicamente, sin embargo es mucho lo que pueden hacer”. Hay muchas formas de apoyar a los estudiantes, por ejemplo, generando espacios para el estudio en el hogar, motivando y brindando palabras de aliento, revisando las carpetas, preguntando sobre el día a día del estudiante y acompañándolos.

Además, las empresas deben realizar una tarea constante de involucramiento en el desarrollo sustentable de la comunidad donde operan. El acompañamiento de los empresarios es fundamental para que todos los estudiantes logren obtener su título secundario es una acción en pos de la equidad educativa y una inversión para el futuro de la comunidad.

Para eso, es necesario abrir la empresa a la comunidad educativa. “Para que los estudiantes conozcan su funcionamiento, las profesiones y oficios de las personas que la integran hacen una diferencia importante en su comunidad. Lo mismo que al dar empleo formal a jóvenes que recién egresan”, detallan desde la organización.

Inclusive los individuos pueden ayudar a título personal a visibilizar la problemática, lo cual permite instalar el asunto en la agenda pública y acercarse a la solución.

Desde Cimientos también sostienen que “se puede visitar la escuela más cercana y preguntar de qué manera se puede ayudar. Existen diferentes alternativas: ayudar en el mantenimiento de la infraestructura, brindar clases de apoyo, impulsar colectas, entre otras”.

 

¿Cómo pueden trabajar los y las docentes?

Dentro del ámbito educativo es fundamental el rol de los docentes para evitar que sus alumnos no queden fuera de la escuela. “Son aquellos capaces de detectar las particularidades de cada uno, que estimulan, que adaptan sus prácticas de acuerdo a las necesidades de cada chico/a”, dicen desde Cimientos

La organización propone a maestros y profesores aproximarse a cada estudiante entendiendo que cada trayectoria educativa tiene sus particularidades, fortalezas y necesidades. Esto es primordial para pensar y hacer escuelas en las que nadie se quede afuera. “Junto con los aprendizajes académicos, el desarrollo de habilidades socio emocionales es lo que permitirá a cada estudiante atravesar con éxito su escolaridad, lograr la finalización de los estudios obligatorios y generar con autonomía su propio proyecto de vida», aseguran.

 

Hay que recordar a los y las estudiantes que la escuela es un espacio de socialización entre pares, donde todos deseen asistir. Por eso, generar un clima agradable y vínculos de compañerismo es muy importante para que todos se sientan a gusto en la escuela.

Muchas veces son los compañeros los primeros en identificar las dificultades un/a estudiante, en colaborar espontáneamente. Es decir, son muy relevantes a la hora de sostener la escolaridad de los compañeros.

Un estudiante puede hacer la diferencia brindando una palabra de aliento, explicándole a su compañero un tema particular de la currícula, compartiendo sus materiales de estudio y sobre todo siendo el primero en notar que un compañero está en riesgo de no continuar asistiendo a la escuela.

Esta contenido fue publicado originalmente en Reaprender, la newsletter sobre educación que edita Stella Bin. Podés suscribirte en este link.